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Cambio
constante
Si observamos nuestro entorno con detención, podemos
darnos cuenta de que la materia cambia constantemente. En lo
sustancial, este cambio es provocado por la acción de
alguna forma de energía.
Energía es todo aquello que puede provocar cambios en
las características y propiedades de la materia.
De acuerdo a esto, la materia puede sufrir dos tipos de
cambios:
-Físicos:
Son transitorios y durante ellos, las características
fundamentales de la materia no se alteran.
-Químicos:
Son aquellos en los cuales la materia cambia sus propiedades,
ya que se altera su composición. Son cambios permanentes
y dan origen a sustancias nuevas.
Factores
Los factores de los cambios físicos son fundamentalmente
dos: la presión y el calor.
En relación al primero, analicemos el siguiente ejemplo:
cuando un karateca rompe un trozo de madera, su mano ejerce
una presión sobre el objeto y éste se rompe. Sin
embargo, cada uno de los pedazos que quedan siguen manteniendo
las mismas propiedades de la materia originalmente usada.
El
calor
Es el otro factor del cambio físico. El calor se define
como una forma de energía, por lo tanto, los cuerpos
pueden ganar o perder calor. Proviene de cualquier cuerpo que
sea capaz de producirlo.
Existen fuentes artificiales y naturales de calor: las artificiales
son creadas por el hombre, como por ejemplo una cocina, una
estufa, una chimenea, etcétera. Las fuentes naturales
son aquellas en las que no ha intervenido el hombre; la gran
fuente de calor natural es el Sol.
Un cuerpo posee más calor que otro cuando las partículas
que lo forman se agitan o mueven con mayor rapidez. Esto se
logra al suministrar mayor cantidad de energía a las
partículas que forman el cuerpo, lo que provoca un aumento
en la temperatura del mismo.
Calor
y temperatura, definitivamente, no son lo mismo, pese a estar
asociados.
El calor
corresponde a la mayor o menor movilidad de las
partículas que forman un determinado cuerpo, según
la cantidad de energía que posea.
La temperatura,
en cambio, es una magnitud que indica la medida del grado de
la agitación que poseen las partículas de un cuerpo.
Otra diferencia entre calor y temperatura es que mientras esta
última se mide directamente con un instrumento llamado
termómetro, el calor se mide en forma indirecta con un
instrumento llamado calorómetro.
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